TIERRA, VIENTO Y FUEGO

En la antigüedad, muchas filosofías antiguas usaban un grupo de elementos arquetípicos clásicos para explicar los patrones en la naturaleza. La palabra elemento en este contexto se refiere mas al estado de la materia (v. g. sólido/tierra, líquido/agua, gas/aire, plasma/fuego) o a las fases de la materia (como en las cinco fases chinas), que al elemento o elementos químicos de la ciencia moderna.
Los elementos clásicos de la civilización griega fueron fuego, tierra, aire y agua. Estos representan en la filosofía, ciencia y medicina griega la comprensión del cosmos donde todo lo existente convive. Es una lista creada por el filósofo Empédocles (cerca del 450 a. C.).
Tierra, Viento y Fuego son 3 de estos elementos y que sirvieron además para darle nombre a una de las más grandes bandas de los años 70 y que hicieron de la fusión su bandera: Música disco, funk con el jazz, soul, gospel, pop, blues, psicodelia, folk, música africana y rock and roll.
Este fenomenal grupo fue fundado por Maurice White en Chicago, Illinois, en 1969. Recuerdo la primera canción que escuché de ellos allá por 1979, se llamaba “Boogie Wonderland” en plena efervescencia de la moda de los patines y porque entonces dicha canción era el tema principal de la película “Roller Boogie”. Este tremendo “hit” representa – en mi opinión – la esencia del grupo…excelentes voces (nótese la magníficas interpretaciones de Philip Bailey y Maurice White), tremenda orquestación, arreglos, melodías, sonido exuberante, vientos, líneas de bajo, etc.
Años después conocería más creaciones de ellos, estupendamente producidos, en especial una balada tan bella como poderosa, me refiero a “After The Love Has Gone”, con la voz principal de White y magníficamente acompañado por el resto de la agrupación, en especial por Bailey. La banda sigue haciendo giras aún ya sin White pero manteniendo ese estilo tan cautivador de sus primeros días.
Hemos elegido para la ocasión una selección de algunos temas memorables, espero que disfruten ( prestar atención a la voz de Philip Bailey, especialmente en "Brazilian Rhyme", no tiene pierde).