La RAE define a la objetividad como: “Perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir”. Con independencia de lo que uno piensa o siente, aunque a nivel personal me es casi imposible ser objetivo con el artista de quien he escrito ahora, toda vez que es uno de mis preferidos. Aunque independientemente de lo que yo pueda pensar, Stevie Wonder es una auténtica “maravilla” como artista, que duda puede caber ante esto.
Conocí al genio el año 1982 a través de una canción llamada “Ebony and Ivory” a dúo con otra leyenda llamada Paul Mc Cartney. Dicho tema era una especie de alegato en contra de las diferencias raciales. Años después, en 1985, por medio de los superhit “I Just Call To Say I Love You” y “Part Time Lover” (este última, la canción que menos me gusta del maestro). A partir de entonces presté atención a otros temas de él, en especial a los su época en Motown Records y los años 70. Descubrí gracias a ello a una fuente inagotable de buena música, arreglos estupendos y letras notables; una mezcla en la que casi todo podía valer (Jazz, reggae, blues, funk, soul, etc.) y canciones como “Superstition” “Sir Duke”, “My Cherie Amour”, o el disco “Songs in the Key of Life “, grabaciones que son parte importante en la historia de la música contemporánea.
Notable multi-instrumentista, Wonder toca de manera excepcional los teclados, la armónica y el piano, el músico nacido prematuramente como Stevland Judkins en Saginaw (Míchigan) el 13 de mayo de 1950. Se dice que perdió la vista a causa de un problema de suministro de oxígeno mientras se encontraba en la incubadora.
Al igual que Marvin Gaye, este genio fue uno de los primeros músicos que obtuvo libertad creativa para desarrollarse musicalmente, lejos del férreo control de la Motown y del “patrón” Berry Gordy.
Cantante, compositor, productor discográfico, músico y activista social , el maestro Wonder lleva consigo una extraordinaria carrera avalada por 24 premios Grammy (un récord para un artista vivo), más de 100 millones de discos vendidos y una enorme colección de grandes éxitos, a nivel comercial y artístico.
En marzo de 2009 publicó su primer DVD oficial, su título "Live at Last", con el contenido de su concierto celebrado en octubre del año anterior en Londres, en el majestuoso O2, en un ambiente increíble y con el público entregado al artista. Al año siguiente, el 2010, fue la estrella principal en el Festival de Glastonbury, en donde demostró que los años no pasan por él, lo mejor de la edición de ése año, sin dudas.
Larga vida a la buena música, larga vida al maestro
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